Cuando pierdes la noción
Me encontraba en esa calle de Madrid, en el barrio de los artistas, en ese sitio tan peculiar donde el estilo cambia a cada paso que das, y fue ahà donde nos encontramos, después de tanto tiempo que soy incapaz de recordar.
Su gran sonrisa acompañada de un fuerte abrazo fue nuestro saludo.
HacÃa tiempo que no tenÃa ese sentimiento de emoción.
Decidimos tomarnos algo y el tiempo pasó volando, era un ir y venir de recuerdos constantes, de carcajadas.
Con su mirada, supe como la conversación iba a cambiar, y no me equivoqué.
Pidió otra cerveza y me sonrió.
– Sabes cuando esa sensación te invade el corazón y pierdes la noción…?
No sabÃa exactamente a qué se referÃa, decidà hacerle una pequeña mueca para que continuase y asà hizo..
– Perdà la noción del tiempo durante un largo periodo, por ese sentimiento tan esperado pero tan doloroso…
Pude comprender de que clase de sentimiento me estaba hablando pero no entendÃa porqué habÃa sucedido eso.
– Un dÃa cualquiera, no importa cuando, ese sentimiento se transformó, de la nada…
Entendà que estaba llena de sufrimiento, jugaba constantemente con el sonido que provocaba sus uñas al chocar con el cristal del vaso.
Sus uñas rojas, siempre rojas.
– Cuando lo descubres, es ahà donde la esperanza de enzarza con la venganza
M. tenÃa sentimientos encontrados, la rabia cada vez era más grande pero la esperanza de que todo no hubiese ocurrido le invadÃa los pensamientos.
– Solo quiero retroceder, solo quiero desaparecer, ya esta…
Pero M. no era fácil de destruir, nunca lo habÃa sido, y con ansias esperaba que eso no lo hubiese cambiado.
Levantó la mirada acompañada de una sonrisa, una sonrisa que inspiraba sensatez.
– No entiendo como nos dejamos envolver tan rápido por ese aroma, por ese tacto, por esas palabras…
Se levantó mirando el reloj, dejó el dinero en la mesa, me abrazó y me susurró…
– VolverÃa a dejarme envolver por ese sentimiento pero nunca dejarÃa que me atrapase.
El amor le habÃa hecho más sabia.
a M.
Dreily
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